Ficha Técnica
Dirección: Luis Brunetto y Daniel López
Producción: Mariano Brunetto - Estación Finlandia
Guión: Luis Brunetto y Luis González Bruno
Edición: Daniel López y María Emilia Pérez
Música: Guillermo Capocci y Néstor Lamónica
Género: Documental
Versión en Español
El documental relata la histórica huelga de mayo a julio del ‘75 contra el gobierno de María Estela Martínez de Perón que provoca la caída del Ministro de Economía Celestino Rodrigo y de José López Rega. El título alude a la Ley de Convenciones Colectivas que formaba parte de las reivindicaciones obreras basadas en la homologación de los convenios de trabajo que había sido suspendida fruto del Pacto Social entre Perón y las burocracias sindicales. Este acuerdo había incluido el compromiso de la no convocatoria a huelga y la aceptación del congelamiento salarial. A pesar de ello, el movimiento obrero articulado desde la base se rebela y demuestra su capacidad de organización y lucha a través de movilizaciones espontáneas que se extienden en todo el país. Este proceso se visibiliza con la creación de las Coordinadoras Interfabriles cuya acción es interrumpida por el Golpe de Estado de 1976. No obstante ello, el vigor de la lucha obrera empuja a que la propia C.G.T. se pliegue a la convocatoria de un paro nacional el 7 y 8 de julio de 1975. “Catorcedoscincuenta” reconstruye un hito desaparecido del imaginario colectivo a través de testimonios y crónicas de aquella época y de la actual, marcando las asignaturas pendientes del movimiento obrero.
Allá lejos y hace tiempo... huelga general
El 7 y 8 de julio de 1975 se suscitó en la Argentina un hecho que parece de ciencia ficción a la luz de la desarticulación que atraviesa al movimiento obrero actualmente… hubo una huelga general. Hacia mayo– junio de ese año, surgieron las Coordinadoras Interfabriles, que jugaron un papel relevante en la convocatoria y movilización contra el plan económico de Celestino Rodrigo, durante el gobierno de Isabelita. Éste, conocido como “Rodrigazo” se basó en una violenta devaluación del peso de un 100%, liberación de precios, reajuste de las tasas de interés que rondaba el 50%, aumento de los combustibles en un 175%, de la electricidad en un 75% y de los bienes y servicios públicos entre un 50% y un 80%. La devaluación condujo a una explosión inflacionaria que superó en unos pocos meses el 300%. El “Rodrigazo” beneficiaba al capital local y financiero más concentrado, excluyendo la concertación con las masas, una política de shock para revertir la crisis económica y permitir una nueva fase de acumulación capitalista lanzando un brutal ataque contra los trabajadores. Este panorama provoca que la clase obrera retome el camino de la estrategia revolucionaria, comenzando por desplazar a la burocracia sindical y dotándose de una conducción poblada de cuadros de izquierda. No se trata de la movilización de cualquier trabajador, sino que el protagonista es el proletariado industrial del corazón del capitalismo argentino. Se trata de la fuerza de trabajo de las industrias encargadas de la manufactura de medios de producción: petroquímicas, metalúrgicas, automotrices, que se convierte en la vanguardia obrera y popular. Las medidas de lucha obrera incluyen las ocupaciones de fábricas, movilizaciones de más de 100.000 trabajadores a Plaza de Mayo, la extensión del movimiento asambleario fabril y la huelga. La acción de las Coordinadoras, que cargaban con el apelativo de “la guerrilla fabril” se interrumpió con la dictadura iniciada en el ‘76. Se traza, de esta manera, el desenlace del gobierno de Martínez de Perón y la opción de la burguesía y el imperialismo por la salida al golpe.
Los “guerrilleros fabriles”
La huelga general, bajo la orientación de las Coordinadoras Interfabriles, reprodujo el proceso de lucha económica, de lucha antiburocrática y de lucha política. Se había constituido en una estrategia de transformación revolucionaria, contra la que se alzaron voces que anunciaban la virulenta persecución que se dirigiría hacia los trabajadores:
“...Esto de la guerrilla fabril constituye una especial preocupación para nuestro país. Debiéramos preguntarnos si los dirigentes o quienes estimulan y ejecutan estas ofuscadas acciones tienen conciencia de que tales perjuicios no tienen punto de retorno y que significan una traición cobarde para el país y para la empresa que los agrupa. Se advierte en todo esto una intolerable conducta que protagonizan grupos infiltrados entre la clase trabajadora, que hasta procuran armarse en contra de los empresarios. ¿Se informó usted de que alguna vez el empresario haya adquirido armamentos o instrumentos para asesinar a sus obreros? La subversión, en este caso, consiste en atentar contra la producción nacional y se logra mediante el ausentismo, el sabotaje industrial o imponiendo el control obrero de la producción…”.
Reportaje al General Carlos Delía Larocca, ex Jefe del III Cuerpo de Ejército, en la Revista Mercado, Nº325, 13/11/1975.
“...La represión al terrorismo no es pareja(…) creo, fundamentalmente que la guerrilla está en las fábricas [y que] es muy difícil que esté en el campo…”.
Declaraciones de Ricardo Balbín, líder de la U.C.R., publicadas en el Diario La Razón, 20/10/1975.
Asamblea con todos los obreros:
tomar la fábrica allí fue planteado.
Resolvieron tomarla, compañeros;
estaban hartos de comer salteado.
estaban hartos de comer salteado.
Oh gran capital que ya nada puedes,
ni siquiera ser más caritativo,
el futuro dejó de ser pasivo
y el pueblo romperá todas tus redes.
Roberto Jorge Santoro (poeta argentino, secuestrado el 1º de junio de 1977 por un grupo de tareas de la dictadura. Aún permanece desaparecido).
¿Cuáles fueron las impresiones y sensaciones sobre la proyección de “Catorcedoscincuenta”?
“Muy buena como formación”. (Docente)
“Lo mejor hoy sigue siendo el debate y el crecimiento consecuente”. (Docente)
“Me impresionó el reconocimiento de jóvenes obreros, delegados que encararon la lucha, y el rechazo y desconocimiento por parte de los estudiantes”. (Docente)
Foro de discusión integrado por militantes que participaron en las movilizaciones de 1975. (De izq. a der.) José Díaz, Mirta Rosales y Eduardo Benegas |